Habremos de decir, de nuevo, ‘siempre’,
con labios reestrenados a los versos
y apenas balbuciendo las metáforas,
una noche de orillas quebradizas.
Habremos de estrenar un nuevo idioma
que acalle con cadencias a los años,
donde crezcan fonemas como niños,
cada vez que alguien diga nuestro nombre.
Y es que se nos están quedando chicas las palabras
para inventar almendros como iglesias
o promesas de avena en cada tarde.
Por eso digo ‘siempre’ y esta noche
convengamos, al menos, que el silencio
se debe pronunciar como la lluvia.
2 comentarios:
convengamos que sólo como la lluvia es posible refrescar silencios que digan algo... y mucho.
Me ha encantado la inauguración de tu blog.. con un "siempre".
besos
No podía ser de otra forma, siendo para Alejandro en estos momentos tan difíciles. Sé que estará bien.
Gracias por estar.
E.E.
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