La promesa

 



Oscuridad, le falta tu caricia
de brea acompasada a mis silencios.

Ven,
prometo no sentir tu espuela fría
en las costillas, mientras sangra
la vieja herida sin edad alguna.

En medio de tu noche, exhumaré
una raíz antigua y poderosa
de infinita oquedad
para sembrarla junto
a un sol de versos incumplidos.

Nacerán girasoles y claveles
para mis ojos y mis manos
y en el azul perdido extraviaré la voz
hasta fundirme en ti sin condiciones.

Ya no seré de nuevo viña, beso,
albahaca o mantel a cuadros

y morirá así -a voz callada-
otra promesa
porque presiento ahora
que sí

si que me va a doler.

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