Acércate.
Hace frío.
No sé por qué el fuego tiene rostros
y el vino se hace espeso en este vaso,
ni por qué el espacio de la lluvia
ostenta el vértigo del tiempo
como un lunar callado en la mejilla.
Siéntate;
aquí a mi lado,
escucha cómo hablan estos muebles,
cómo se quejan esas puertas
y cantan las ventanas esta noche
en la que quiero hablar contigo de nosotros
y estas cosas que versan en tu idioma
y el mío,
para que no se vayan las palabras
o el polisón que las sostiene.
2 comentarios:
Hola, un abrazo.
Buscaba leerte.
Saludos,
OA
Me gusta. Y su versión en italiano más aún. ;-)
Estupendo trabajo, poeta.
Besos.
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