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Nunca aprendí la lengua del silencio


A R.M.

Nunca aprendí la lengua del silencio,
por eso callo a media voz
ante la rosa azul de los poetas,
las formas que la ola desdibuja
en las arenas tibias, cuando largan
suspiros a lejanos encantos y sonrisas,
y las lluvias de agosto y los crepúsculos.

Por eso entenderás lo inevitable
que resulta decir a media voz
las cosas que el silencio comunica,
con la antigua virtud de los carteros
y la alegría de las mariposas,
cuando callo, diciendo que te amo.



 
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